Y ella se sumió en un profundo sueño
y mientras la muerte jugaba con sus cabellos veía a Dafne convertida en árbol
y Apolo se le acercó y le susurró al oido que el miedo no existia
que la muerte no la queria, que no debia temer nada
y entonces el bosque se apoderó de su sueño, y ella se convirtió en su sueño
pero no había flores, ni arroyos, ni campos con margaritas, y los pájaros no cantaban, y las montañas no dormian, no había mariposas, ni abejas ambrientas,
solo estaba ella, y ella esta ahí, y entonces lo comprendió todo, Dafne no existia, Apolo no le hablaba, ella lo era todo, era Dafne, era Apolo, era la muerte y el bosque y el sueño y las margaritas y las flores, era solo ella, y ella era lo que tenía.